Instalaciones y trabajadores hacen de la Piscina Municipal una de las mejores de la provincia

Con la salud como prioridad y tras un año de parón, este verano de 2021 han vuelto a la Piscina Municipal los cursos de natación así como el resto de actividades acuáticas que oferta el Patronato Municipal de Deportes a todos los ubriqueños. Porque ese y no otro es el objetivo: plantear un programa atractivo para todos los sectores de edad, desde 1 año hasta los mayores. Una manera de proceder, este camino conservador que no es sino el cumplimiento de la normativa que ha estado vigente en cada momento, que no ha estado exenta de polémica pues no han sido pocos los que han recriminado que en otros pueblos vecinos permitieran unas prácticas que no debieran estarlo. A ello se le sumaba el esfuerzo de todo el personal, desde la cabeza visible de la delegación, Virginia Bazán, como todos los que conforman cada uno de los eslabones de la misma, desde dirección hasta técnicos y monitores.

 

El tiempo les ha dado la razón en materia sanitaria y, a toro pasado, se siguen mostrando tranquilos y satisfechos por haber tomado esta serie de decisiones que en todo momento –defienden-, han sido consensuadas. Las ganas por volver eran mutuas, tanto por parte del personal de la piscina como de los niños, y también sus padres, que han completado prácticamente todos los turnos previstos para el verano, en niveles de los últimos años ‘pre-pandemia’. También en programas como el de IMP (Iniciación, medio y perfeccionamiento), uno de los que mayor demanda tiene y Aquafitness, uno de los que más se está prolongando en el tiempo. Aquí, si bien la práctica totalidad de los usuarios son mujeres de entre 20 y 55 años, tienen cabida todos los sectores de la población que quieran tonificar core, glúteos y espalda realizando ejercicios aeróbicos en piscinas pequeñas así como diferentes modalidades de natación.

De vuelta a los más pequeños, ahora toca recuperar el terreno perdido, sobre todo en las edades en las que se trabaja en la adaptación del niño al medio y la pérdida del miedo al agua. En ello trabaja Rafael Valle, quien nos explica que además cuentan con el hándicap de no poder tener contacto con los pequeños, limitándose así sus posibilidades.

Quienes no han apreciado mucho ese parón han sido los miembros del Club de Natación de Ubrique, entre otras cosas porque su paréntesis fue más breve. “Como unos auténticos privilegiados”. Así se sienten todos ya que fueron, junto al Club Senderismo 3 Caminos y al equipo senior del Ubrique UD, los primeros en retomar su actividad tras el primer y más estricto confinamiento. Durante ese tiempo (tan sólo 100 días) también abogaron, sin más remedio, por el trabajo telemático. Las redes sociales y todas esas nuevas tecnologías facilitaron la elaboración de contenido, de juegos y retos que ayudaron a sobrellevar mejor aquella etapa.

Ahora disfrutan de unas clases que al principio contaban con plazas limitadas, lo que obligó a que algunos niños se quedaran fuera. La buena organización ha hecho también que su desarrollo deportivo no se haya visto muy mermado. Actualmente cuentan con 48 nadadores de entre 7 y 16 años que se dividían en 6 grupos de 8 cuando trabajaban en interior. Ahora el exterior les permite entrenar un día más en semana a cada uno de ellos ya que se dividen en 4 grupos de 12 usuarios.

Poco a poco van dando pasos hacia delante con el objetivo claro de competir. Más que un objetivo es un sueño ahora mismo, un anhelo de todos, de entrenadores y de nadadores. Mientras van midiéndose entre ellos y contra el crono, en las sesiones que tienen programadas Fran Bueno junto a Francisco Panal.

Quienes no quieren ni oír del crono pero también toman cada día en la piscina como una victoria son los mayores. Jorge Villagrán es quien se encarga de este programa terapéutico que, además de suponer un entrenamiento y una mejora de la movilidad, supone un punto de encuentro para aquellos que tan mal lo han pasado en la pandemia. Aquellos que han restringido como nadie los contactos y las relaciones interpersonales cuando, a buen seguro, son los que más los necesitan. Unos mayores que lo necesitan y que han incrementado su demanda sobre estas actividades conforme han ido vacunándose.

En cuanto a los pequeños, el Patronato ha optado este verano por cursos intensivos de una semana que no terminan de convencerles pero que se antoja casi como la única y mejor posibilidad ante los estrictos protocolos de desinfección, limpieza y limitación de los contactos interpersonales. Además, el aprovechamiento del agua para los niños y niñas es similar al de otros años.

No obstante, y aunque pueda resultar paradójico e incluso difícil de asimilar, la pandemia también ha abierto escaparates hacia nuevas oportunidades y algunas medidas de higiene y seguridad han ofrecido un nuevo prisma a la hora de implantar novedades que, a buen seguro, llegan para quedarse debido al gran resultado.

Una de estas es la metodología utilizada en los grupos de natación para niños de 3 y 4 años que, hasta 2019, trabajaban solos con el monitor. En este caso se ha optado porque los pequeños estén en todo momento acompañados por los padres, tanto en el agua (ayudándoles a esa pérdida del miedo de la que hablábamos antes) como fuera de ellas a la hora de hacer juegos de calentamiento y estiramientos. Fran Pérez subraya que de esta forma consiguen que adquieran las pautas básicas de natación, la flotación, los impulsos y algunos desplazamientos.

Son muchos los condicionantes, muchos los factores y muchos los agentes que intervienen en el buen funcionamiento de las piscinas durante todo el año pero sobre todo durante el verano. También contribuyen los vecinos con su buen comportamiento en una instalación de primer nivel en la provincia, que garantiza sombra a todos los usuarios y que se sitúa (playas al margen) en una de las mejores propuestas para pasar un buen día de relajación y disfrute.

Concluye el Programa de Verano en la Fundación López Mariscal, que ultima ya el ‘Advance’ de cara a septiembre

La Fundación López Mariscal ha publicado esta semana el listado de 120 alumnos admitidos en el Programa Advance, que se desarrollará por quinto año consecutivo en este próximo curso 2021/22. Además, hoy viernes concluye el Programa de Verano que ha servido como refuerzo para otros 80 niños y niñas. Hoy en ‘La Mañana’ de Radio Ubrique, Esther Carrasco, colaboradora de la fundación, nos ha informado sobre éstas y otras novedades.

En el caso del programa educativo de Verano no es una continuidad del Advance, sino que tiene como objetivo reforzar las áreas instrumentales de matemáticas, lengua e inglés, mediante una metodología más lúdica y práctica, favoreciendo el aprendizaje significativo y cooperativo. Se ha llevado a cabo en las aulas de la Fundación durante todo el mes de julio, en horario de mañana de lunes a viernes, habiendo contado ya con un gran éxito durante el curso pasado a pesar de las circunstancias sanitarias provocadas por el virus. De hecho, el protocolo anticovid impulsado ya desde entonces hizo que la Fundación fuese uno de los primeros espacios en recobrar la actividad presencial.

Con respecto al Programa Advance, se trata de un proyecto educativo con gran experiencia ya en el proceso de enseñanza-aprendizaje después de varias ediciones. Va destinado al alumnado de Educación Primaria que desee recibir clases de apoyo al estudio, desarrollándose en horario de tarde y con grupos reducidos. Aunque el inicio llegará en septiembre, la inscripción se realizaba durante el mes de junio y días atrás se publicaba el listado de admitidos. Las consultas se pueden realizar en la propia sede de la Fundación o a través de su página web.

Junto a Esther Carrasco hemos recordado otras iniciativas y proyectos con los que colabora la Fundación López Mariscal. Así, por ejemplo, recientemente han realizado una aportación económica de 6.000 euros para la investigación que desarrolla el Hospital San Juan de Dios de Barcelona en torno a las enfermedades GRIN, un conjunto de trastornos causados por mutaciones patogénicas en los genes denominados GRIN. De esta forma también se inicia la colaboración con la Asociación Española de Grinpatías, para dar visibilidad a estas enfermedades. De los poco más de 30 casos diagnosticados en España, uno corresponde a una familia ubriqueña.

Esther Carrasco, colaboradora de la Fundación López Mariscal

Primer buitre leonado rescatado este verano, tras caer ayer en la terraza de una vivienda en la Nueva Vega

Es el tercero avistado en los últimos días, aunque el primero finalmente rescatado. Las altas temperaturas y la falta de agua y comida provocan la caída de ejemplares jóvenes. El año pasado el ubriqueño Antonio García llegó a rescatar a más de una docena en distintos puntos de la localidad. Pide a los testigos que contacten con la Policía Local para darles aviso.

Ayer tenía lugar la primera caída de un buitre leonado sobre el casco urbano de Ubrique en este verano, algo ya habitual por estas fechas a causa del calor, pero que no deja de sorprender a los testigos que ven cómo pueden llegar a caer en cualquier lugar. Desde un tejado, hasta una fuente, un escaparate, en plena calle, o en la terraza de una vivienda particular, como ocurría este jueves. Los propietarios de la casa, situada en la Nueva Vega daba la voz de alarma a la Policía Local y al ubriqueño Antonio García, acostumbrado desde hace décadas a rescatarlos. Hoy nos ha narrado hoy en ‘La Mañana’ de Radio Ubrique este episodio que augura nuevas caídas durante los meses de agosto y septiembre.

Buitre ya en el gallinero de Antonio García

El año pasado fueron más de una docena, de los que dos llegaron a fallecer. El resto pudieron ser trasladados al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA Dunas De San Antón) en el Puerto de Santa María para completar su recuperación. Entretanto Antonio García los alimenta y cuida en un gallinero de su propiedad, gracias a la colaboración de carniceros locales que le ofrecen los despojos, como es el caso de Bartolo y Pepe Canto. El año pasado llegaron a reunir hasta 7 ejemplares a la vez, por la sucesión de rescates concentrados en pocos días. El joven ejemplar de ayer empieza ya a recuperarse y será conducido hasta el CREA el próximo lunes.

La altas temperaturas del verano, junto a la falta de agua y comida, provocan habitualmente la caída de jóvenes ejemplares de buitres leonados sobre nuestra zona, sin embargo, el número de episodios de este tipo se ha venido multiplicando. Sobre todo el año pasado cuando llegaron a caer más de una docena de aves. Además, si antes se producían en agosto o septiembre, ahora se han adelantado hasta el mes de julio. Días atrás ya se habían avistado sendos ejemplares en la zona del Retamoso, y en la finca Acebuchal. El primero de ellos murió y el segundo volvió a volar, con lo que el buitre de ayer es el que inaugura los rescates en este verano.

Algunos de los ejemplares rescatados en 2020

La provincia de Cádiz reúne cientos de parejas nidificadoras del buitre leonado, lo que supone 2/3 de toda la población en Andalucía y la mayor de toda Europa. Una buena parte de estos ejemplares se encuentra en el entorno de Ubrique, por lo que son relativamente frecuentes las caídas de estos animales incluso sobre el casco urbano en fechas de altas temperaturas, por el agotamiento ante la falta de agua y comida de las aves más jóvenes y al no encontrar las corrientes térmicas necesarias para tomar altura.

Como solución, Antonio García viene proponiendo la creación de algún muladar, cercado y regulado, en el que puedan contar con animales muertos y despojos. Además, ha hecho un llamamiento para que los testigos de estas situaciones no intenten recoger las aves, por el peligro de picotazos, que pueden provocar desgarros e infecciones, sino que den aviso a la Policía Local.

Antonio García, recuperador de buitres leonados en Ubrique