En un momento en el que se empieza a hablar de quinta ola y en el que se pone el foco sobre los jóvenes, a medida que suben las cifras de contagios y esa tasa de la cual nos hemos convertido en poco menos que expertos para su análisis, hay un indicador que sigue subiendo, el de la esperanza. Los datos en Andalucía hablan de un 58,1% de la población con al menos una dosis y un 45%, casi cuatro millones de andaluces, con la pauta completa. Esto nos hace entender, unido a otros factores relacionados con la movilidad el ocio y el contacto, el creciente número de casos entre los más jóvenes. El número de positivos ha despertado de ese breve letargo, el cual podríamos calificar mejor de respiro.
La provincia gaditana se mantiene en la media de la comunidad autónoma, calcando prácticamente los porcentajes no sólo totales sino también por tramos de edad en cuanto a aquellos que ya se pueden considerar inmunizados ante el virus. En este sentido, a día de hoy alcanzamos el 58,7% de gaditanos con al menos una dosis y prácticamente el 46% (570.537 personas en la provincia) con la pauta completa. En cuanto a Ubrique, y sin datos concretos de población vacunada, la percepción de los vecinos coincide con lo que nos cuentan los profesionales que se dedican a ello, que se atreven a afirmar que los porcentajes podrían ser incluso más elevados que la media.
A todo ello, a buen seguro que ha contribuido esa ‘campaña’ de vacunación sin cita con viales de Janssen, que sólo precisa de una inoculación. La misma arrancaba precisamente en Ubrique, que, junto a Olvera, fueron los primeros municipios en los que se ponía en marcha con un target de entre los 40 y los 69 años, algo que contribuyó a que aquellos escépticos en un primer momento, luego se hayan subido al tren de las vacunas. En el caso de la localidad ubriqueña, más de 300 dosis fueron suministradas el pasado lunes, lo que supone en torno a un 2% de la población en tan sólo una mañana. No obstante, no fue el día que más vacunas se pusieron en un pueblo que recoge una media de unas 350 o 360 dosis diarias y donde en una jornada se lograron superar las 410.
Ubrique es uno de esos puntos permanentes de vacunación dentro de la Sierra de Cádiz y recibe diariamente vecinos de toda la comarca. La sala de exposiciones, que en principio se pensó como algo puntual y momentáneo ha terminado por reunir todas las características que se requieren para el proceso.
El tiempo ha dado la razón a la ciencia y los que al principio eran reacios a vacunarse, ahora lo viven con total naturalidad y asumen que es, junto a las medidas de distanciamiento e higiene, la solución a todo esto. Algo que contenta además a los profesionales sanitarios, que van viendo la luz al final del túnel. Un sector volcado y entregado para la causa, que aún tiene fuerzas para seguir y que asegura que, si por ellos fueran, se pasaban 12 y 13 horas vacunando para que el fin llegue lo antes posible. El verano seguirá por los mismos derroteros. Las vacaciones y los viajes suponen un hándicap pero el objetivo sigue siendo el mismo y no es otro que volver a esa antigua, a la par que soñada, normalidad en la que los besos y abrazos eran nuestro día a día. También es momento de recibir, por parte de los sanitarios, el apoyo y el reconocimiento a tanta dedicación. El pueblo está agradecido, ellos lo saben y lo perciben.
El coronavirus ha jugado un papel esencial en la concienciación de todos por la salud. No solo de esta enfermedad, sino de muchas otras. Yolanda Pérez asegura que, a raíz de esta campaña de vacunación, son muchos los que se han implicado en el cuidado y en el de sus hijos a través de este método de prevención. De lo que no se dudaba, al menos tanto, era de la respuesta de Ubrique. Saben que es la mejor forma para protegerse a ellos mismos y a sus semejantes. Independientemente de la vacuna que le haya correspondido, la respuesta ha sido igual de buena para todos.
Es el momento de recoger los frutos sembrados, a base de entrega, trabajo, esfuerzo, sudor, y también lágrimas, que se han derramado durante estos largos, casi eternos, 14 meses. Nos ha tocado vivir un tiempo histórico y de nosotros ha dependido en todo momento se parte activa o pasiva de esto. Sentarnos a mirar, o contribuir en la medida que hemos podido. Ahora, un gesto tan simple como poner el brazo, es la mejor y más rápida vía para llegar a la meta.
Quizás sea la hora de mirar atrás, de ver todo lo que hemos pasado, de todo lo que nos ha privado este dichoso virus, de las vidas que nos ha arrebatado, de los momentos que ya no volverán. Quizás ayude pensar que cada día, cada uno de las cifras y porcentajes que hemos contado, es un pasito más al triunfo de todos. Apretemos los puños y los dientes, demos un último achuchón, y quedémonos con los mejores recuerdos, que también los hay dentro de todo esto.
De todo ello hemos hablado con Yolanda Pérez, coordinadora de Cuidados de Enfermería del Centro de Salud de Ubrique, Juan José García, enfermero del Punto de Vacunación de Ubrique, y Pepe Montiel, ciudadano vacunado con la pauta completa.