El secretario general de FACUA-Cádiz, Jesús Yesa, ha explicado dentro de nuestro espacio de consumo que no existe importe mínimo ni máximo a pagar por el mantenimiento de una cuenta. Es decir, que el banco nos puede cobrar lo que quiera en concepto de comisión de mantenimiento si bien cualquier modificación (implantación o aumento de la misma) debe ser informado al cliente con, al menos, dos meses de antelación, y será el consumidor quien decida si acepta los nuevos términos y condiciones o podrá cancelar el contrato con la entidad bancaria unilateralmente sin que se le pueda reclamar ningún importe. Desde FACUA recomiendan solicitar a los bancos una cuenta básica de pago, con la que podemos realizar operaciones básicas como ingreso de pensión o nómina, meter y sacar dinero, hacer uso del cajero, realizar transferencias y domiciliaciones de recibos, etc. Estas cuentas tienen un importe máximo de mantenimiento de tres euros al mes y para personas con vulnerabilidad económica son gratuitas.
Los cobros fraudulentos a través de las tarjetas de crédito también han sido objeto de las consultas, en un momento en el que se han multiplicado estos casos con estafas que se cometen suplantando a bancos y empresas. A este respecto, Jesús Yesa ha señalado que lo primero que debemos hacer es ponerlo en conocimiento del banco con el que tenemos contratada la tarjeta. También por escrito, al menos por correo electrónico donde especifiquemos que hemos detectado varios cobros no reconocidos para que tomen las precauciones oportunas y nos devuelvan el importe. Paralelamente a ello deberemos interponer una denuncia ante la Guardia Civil. Si el banco no nos contesta en un período de 15 días o se desentiende de su responsabilidad, tendremos que incluir una reclamación contra el banco. En este sentido, ha puntualizado que la entidad se debe hacer cargo salvo que esta acredite que se trata de una negligencia del cliente. Así, ha recordado que hoy en día cualquier pago que se hace por internet se hace con un proceso de doble autenticación, por lo que no sólo vale con que el estafador tenga mis datos, sino que tendremos que autenticar nuestra identidad en el proceso del pago de dos formas diferentes.
En otro orden de cosas, hemos conocido que las máquinas de venta automáticas, vendan lo que vendan, tienen que disponer de la dirección a la que debemos acudir si queremos presentar una reclamación para conocer quién es el responsable. En caso de que esté ubicada en un establecimiento, como un bar, y la máquina no dispone de dicha información, tendremos que pedir la hoja de reclamaciones explicando la situación y añadiendo que entendemos que el propietario del establecimiento es el que debe hacerse cargo de la incidencia.