Con un tipo de modistos y bajo el nombre ‘Los doce ar Gabanna’, la chirigota de los musiquitos vuelve al Carnaval de Ubrique. Desde que arrancaran el proyecto en 2018, con más o menos dificultades y con algunas bajas que se van sucediendo, no han faltado a la fiesta. Este 2023 lo hacen manteniendo el grueso del pasado año, con la incorporación de Raúl Gil, la baja de Alejandro Rodríguez y con cierta expectación que levantan año tras año tal y como les llega a través del calor de la gente conforme se acercan las fechas. Una reacción que no deja de ser sino “el premio” al esfuerzo que supone montar el repertorio y lograr reunirse para ensayar, viniendo algunos componentes, como el propio autor, Moisés García, desde Cádiz.
Él mismo explicaba que todos los años atraviesa el mismo proceso y que el cansancio que le provocan los esfuerzos que le dedica al Carnaval se ven recompensados una vez “te pegas un cante y ves la reacción de la gente”. En esta ocasión, las fuerzas parecen renovadas y decidían salir a la calle un fin de semana más que el resto de carnavales. La Chicharroná, las Papas aliñás y los pases que pudieron dar en otros establecimientos de la localidad les ha hecho quitarse el mal sabor de boca que les dejó la última Chorizá. “Nos costó mucho cantar en un ambiente que no era de Carnaval. La gente no respetaba, no se callaba, se cruzaba…”, recuerda Gorka Viruez. Para acabar con ello creen que es oportuno poner límites si bien se muestran convencidos de que “la solución es el respeto” y que “quien vaya, lo haga con ánimo de escuchar las chirigotas”. También proponen anular los altavoces o marcar una hora límite para la música que no sea Carnaval. Además, añaden que el Ayuntamiento debería poner pies en pared y fomentar un ambiente carnavalero.
Esas sensaciones quedaron olvidadas el pasado sábado en el que vivieron “un ambiente maravilloso en el que nos encontramos con el resto de callejeras y algunas oficiales” y donde les trataron de manera exquisita. Con ello se referían fundamentalmente a la AVV de la Barriada Andalucía, con quienes quedaron muy agradecidos.
Sobre la chirigota en sí, tanto Moisés García como Gorka Viruez han confesado que es la segunda idea que tuvo el autor, que previamente había presentado un tipo y un repertorio diferente, que cambió a última hora. El gaditano afirma que “me gusta ver a los míos convencidos de lo que cantan, porque así transmiten más. Quiero verlos disfrutar y hacer disfrutar. Además, ha reconocido una ‘línea roja’ que se marca siempre con Rafa Vega y es que la música de la presentación sea original, algo que le viene dando muy buenos resultados. “El humor no tiene que estar preso de la carcajada. Puede ser algo que esté animado continuamente y solo tenga un golpe”, añade. Con ambos hemos hablado también sobre los límites que se autoimponen a la hora de escribir y/o cantar. Sobre ello manifiestan que lo importante es “no hacerse preguntas a la hora de escribir” y “no focalizar odio ni rabia sobre alguien ni querer hacer daño”. Por ello consideran no eluden ningún tema, pero sí les parece imprescindible “tener buen gusto” a la hora de tratarlo ya que “la libertad de uno termina cuando estás cortándosela a otro”. La principal novedad que presenta la chirigota es la ausencia de percusión, algo con lo que se sienten encantados. Una cuestión que contrarrestan con la fuerza de sus guitarras, de nuevo en las manos de Carlinga y Pepe Pulido. Con ello -puntualizan- se escuchan mejor las voces y los arreglos musicales.
Sin ni siquiera haber terminado este Carnaval, en el que se han planteado aprovechar más el repertorio, adelantan que para el año que viene quieren crear algo más trabajado y elaborado para lo cual necesitarán dedicarle más tiempo.