Con la pena y el dolor de la experiencia del pasado año aún reciente, la Hermandad de Nuestra Señora de los Remedios de Ubrique afronta un nuevo año, también complicado, en torno a la festividad de la Excelsa Patrona del municipio. Este próximo lunes comenzarán los actos de culto con la celebración de la Novena, que se prolongará hasta el 7 de septiembre, así como funciones solemnes coincidiendo con el Día de la Virgen y el Día del Voto, fijado en este 2021 para el 12 de septiembre (domingo posterior al día 8). Resignación es la palabra que le viene a la mente a algunos como el Hermano Mayor, Aurelio López, quien no esconde que “lo bonito y esencial es verla en la calle” cuando se le pregunta por el recuerdo del pasado mes de septiembre.
La esperanza por entonces era que la pandemia remitiera para esta ocasión pero, desgraciadamente, los hechos no se han dado. Ello ha provocado que tengan que volver a tomar decisiones que no son del gusto ni de la propia Hermandad. El ambiente entre la cuadrilla es “de aquella manera” por no poder procesionar, algo que llevan aguardando un año. 2021 será un mejor año que el anterior ya que han invitado a los costaleros a participar en los dos traslados de la imagen desde el Convento a la Parroquia y la acercarán al pueblo situándola a los pies del altar, pero no es lo que esperaban e imaginaban 12 meses atrás. Incluso están valorando realizar el rezo del Rosario de la Aurora pero se muestran cautos y precavidos y, sobre todo, concienciados de que no correrán riesgos por más que le pese.
En la noche de este pasado miércoles se llevaba a cabo, no de manera clandestina pero sí en secreto entre la Junta de Gobierno y los propios costaleros que, en silencio, y con el paso pequeño, portaron a la Virgen de los Remedios a la Parroquia. La premisa es bastante clara: por nada del mundo quieren masificaciones y saben de buena tinta que es incontrolable la pasión que se tiene por la imagen.
De esta forma vivía esa primera gran noche de este 2021 Mari Carmen López, Teniente de Hermano Mayor. Una de las primeras mujeres en romper esa barrera que, al igual que en otros ámbitos de la sociedad, impedían acceder a cargos importantes a la mujer. La Iglesia no ha sido una excepción durante toda la Historia si bien, lejos de nombres de cargos, y como ha ocurrido siempre en todo, las mujeres han llevado a cabo, también en la Hermandad, un trabajo primordial, siempre a la sombra, pero sirviendo de sustento, con sus ‘manos invisibles’ para que el colectivo, y la propia Virgen, perduren hasta ahora.
Antonio Romero, los primeros días, y Paco Párraga, los últimos, han sido los predicadores elegidos para una Novena que arranca, como ya comentábamos, el próximo lunes 30 de agosto. La expectación es grande ya que el primero de ellos, párroco de Carrión de los Céspedes (Sevilla) dejó ya un buenísimo sabor de boca en 2019 cuando ofició estos cultos por primera vez. El segundo, Vicario de San Juan Bautista de la Salle, ha mostrado una ilusión tremenda por predicar en honor a la Virgen de los Remedios en un lugar como Ubrique, donde ya ha oficiado misas.
Al disponer de unas restricciones más livianas que en 2020, la Hermandad ha decidido eliminar la misa de las 19:00 horas durante la Novena, así como la de las 9:00 horas en las jornadas del 8 y 12 de septiembre. Un tercer horario de misas que fue añadido para dar cabida a un mayor número de personas frente a la limitación de aforo. Todo está dispuesto y de lo que no hay dudas es de la respuesta del pueblo de Ubrique, un pueblo volcado con su patrona y que, de nuevo, hará que el templo se quede pequeño.
Pese a estos dos años sin procesionar, desde la Hermandad tienen la sensación de que esto no va a mermar toda la ilusión y la devoción que le profesan los ubriqueños a la Virgen de los Remedios. Las ganas se palpan, las pulsan cada vez que un vecino se acerca a preguntar y muestra su interés. Los costaleros están igualmente deseosos por poder cargarla en la calle junto a sus paisanos y saben que, si el año que viene la situación lo permite, va a ser un auténtico ‘boom’.
Pero de momento toca esperar y aguardar, esperemos que sólo 365 días más, esas caras de admiración, de fervor que tanto sigue echando de menos Aurelio López, quien confiesa que son esas estampas en las que se ‘pierde’ durante gran parte del recorrido. Ubrique vuelve a dilapidar dos días de fiesta familiar, de esas sensaciones tan únicas y tan particulares, que no se pueden explicar con palabras y sólo saben de lo que hablamos aquellos que las viven en primera persona. Como ese escalofrío que recorre el cuerpo tan sólo con el recuerdo. Escalofríos como esos, frutos de la incertidumbre en momentos como la antesala a la salida del día 8.
Entre tanta mirada al pasado y tanta resignación, una sonrisa se escapa al mirar al futuro, al estar convencido de que será mejor. Que esto acabará, que viviremos en paz y el temor se irá, dando paso a esas imágenes que tanto anhelamos. A esas sensaciones del trabajo bien hecho, a la recompensa de haberle dado al pueblo lo que el pueblo tanto espera. Y es que, si hay algo seguro en todo esto es que hoy queda menos que ayer y que todo ello irá en las oraciones a la Virgen durante estos días.