Los beneficios del yoga van desde la mejora de la capacidad pulmonar mejorando la respiración, hasta la ayuda al sistema inmunológico reduciendo el estrés, o el aumento de la flexibilidad y la postura de nuestro cuerpo mejorando nuestro equilibrio. Por ello, está dirigido a cualquier edad. y sus ejercicios pueden adaptarse a cualquier persona, independientemente de su peso o de sus capacidades físicas.
Así lo han destacado Cristina y María del Mar, profesoras certificadas en la materia, recordando la creación este año en su escuela de nuevos grupos como el de ‘Yoga prenatal y preparación al parto’, en cuyas clases abordan la anatomía de la pelvis y sus movimientos, el suelo pélvico y cómo trabajarlo en cada momento del embarazo, o las diferentes respiraciones que pueden ayudar durante el embarazo y en el momento del parto, entre otros aspectos.
En el caso del ‘Yoga para niños y niñas’, va destinado a menores de entre los 3 y 12 años de edad, para que conozcan su cuerpo y lo conecten con su mente, tanto el manejo de la respiración como las diferentes posturas del yoga que les permiten desarrollar habilidades de concentración, atención, memoria y relajación, con beneficios a nivel físico y emocional. Aprenden a respirar, canalizar su energía, manejar situaciones difíciles y aumentar la confianza y autoestima, fomenta la amistad y el compañerismo y se divierten a través de canciones, juegos e historias.
Por su parte, el ‘Yoga Terapéutico para la tercera edad’, dirigido a adultos con edades entre los 60 y 94 años, tiene como objetivo promover un envejecimiento activo y saludable, adaptándose a las necesidades y expectativas personales y físicas de cada participante. Con la práctica regular del yoga, se pueden mejorar la memoria y el estado de ánimo, ayuda a la concentración y a combatir el insomnio, la circulación, y los problemas digestivos, reduciendo el estrés y ayudando a ganar flexibilidad muscular.
Cristina Zapata y María del Mar Román, profesoras de Ginkgo, escuela de yoga