En la tarde de este jueves, a partir de las 17:30 en la Caseta Municipal, tiene lugar el acto de reconocimiento por parte del Ayuntamiento a cuatro ubriqueños destacados tanto por su trayectoria profesional como por su contribución a la sociedad ubriqueña de manera altruista y solidaria. En una iniciativa novedosa que pretende tener continuidad en los próximos años, el Consistorio ha decidido homenajear a Manuela Jiménez, Fran Sánchez, Juan Bernardo Martín ‘Juanito el del Moro’ y a Esperanza Cabello.

Durante nuestra programación especial de Feria hemos conversado con todos ellos, comenzando por Esperanza Cabello, quien ha ejercido como docente durante más de 38 años. De familia de profesores, Cabello tenía clara su vocación y su intención de dedicarse a la enseñanza. En su caso de francés, pero tal y como ha afirmado, “el francés es importante, pero no tanto. Lo más importante son las personas”. Y es que durante su carrera profesional ha tratado de hacer una tarea amable priorizando la educación y el crecimiento personal por encima de todo. Es por ello por lo que considera que sus mejores avalistas siempre han sido sus estudiantes porque para ella han sido siempre lo más importante. Al margen de ello, Esperanza Cabello se ha mostrado siempre implicada en cuestiones históricas, medioambientales, sociales, culturales y de igualdad. Muestra de ello es su blog, creado en 2007 como un homenaje a sus padres pero también al pueblo de Ubrique, “para que no se pierda la historia de los que nos precedieron”. Gracias a la ardua labor de documentación y publicación, han creado movimientos que han resultado con hechos como el nombramiento de hijo predilecto de don Bartolomé Pérez o de hijo adoptivo de don Manuel Pérez Trastoy. Sin embargo le queda una gran espina como es que su padre dé nombre a una calle del pueblo. Un movimiento que nació a principios de siglo, que se retomó hace cuatro años y que espera que se culmine pronto. Cabello, que ha recordado cómo la pandemia le privó de la despedida con sus alumnos como siempre había soñado, ha agradecido este gesto del Ayuntamiento del cual no se siente merecedora al tiempo que se alegra de formar parte de una lista de premiados que incluye a “gente normal, no pretenciosa  y que siempre está dispuesta a colaborar”.

El homenaje a Manuela Jiménez es el reconocimiento a toda una vida entregada a la lucha por la igualdad de la mujer y el empoderamiento de ellas. Así se recuerda desde bien joven, como una persona luchadora que, en su pelea se ha visto inmersa en experiencias desagradables. “Pero también bonitas, como aquellos mensajes que me animaban a no dejar de hacer el programa de radio”, subrayaba al tiempo que reconocía que son esas personas las que siempre le han dado las ganas y las alas necesarias para seguir adelante. El de hoy no es el primer acto en el que se le reconoce, ya que en 2003 recibía el Premio Meridiana que entrega el Instituto Andaluz de la Mujer en la categoría de Medios de Comunicación Social por dicho programa radiofónico. Manuela Jiménez valoraba como punto de inflexión los cursos y la formación que recibieron tanto ella como otras mujeres en el municipio y que fueron el germen de Preformación 94. Ello “sacó a muchas mujeres de sus casas”, llevándolas a mayoría a la Escuela de Adultos. La lucha que han llevado a cabo “sigue siendo necesaria” aunque va evolucionando y se va enfocando de otra manera. Manuela Jiménez asegura que para llevarla a cabo “necesitamos a los hombres para comunicarnos con ellos y transmitirle nuestro mensaje para que nos unamos toda la sociedad”.

Pocas personas sabrían a quién nos referimos si hablamos de Juan Bernardo Martín. Unas dudas que se disipan cuando aclaramos que se trata de ‘Juan el del Bar Moro’. Tras empezar con 14 años en el Bar Stop, acumula 42 años dedicados a la hostelería, los últimos 15 en el Bar Moro. En estos tres lustros ha sacado infinidad de sonrisas y ha alegrado a numerosos clientes las mañanas gracias a su manera de entender la vida y a sus inconfundibles ‘chascarrillos’. Juan explicaba que parte de ese ingenio le viene de su abuela María, la cual le decía siempre aquello de “haz el bien y no mires a quién”. Ante el acto de esta tarde se mostraba muy halagado y no dudaba a la hora de asegurar que “posiblemente hoy sea el ubriqueño más rico que haya”. La vocación de Juan Bernardo Martín le viene de su pasión por relacionarse con la gente aunque reconocía la dificultad de mantener el equilibrio familiar. Por ello no dudaba en señalar a su mujer como su pilar más fundamental para poder haber acumulado esta trayectoria.

Por último, Fran Sánchez ha repasado cuáles fueron sus inicios en la emisora municipal. A sus 17 años comenzaba haciendo un programa los fines de semana y colaborando con las retransmisiones en directo que se realizaban con la unidad móvil. En 1996 pasó a formar parte de la plantilla y, desde entonces, 27 años ininterrumpidos al frente de programas de entretenimiento, información, divulgación pero sobre todo como responsable de la parte técnica, la menos conocida por el público. La de Fran Sánchez se ha convertido en una de las voces de la vida de los ubriqueños. A unas horas del acto, ha admitido sentirse “un privilegiado” al recibir diariamente el cariño de la gente a la que considera prácticamente su “familia radiofónica”. Esa que le para por la calle, le saluda y le traslada su afecto. Además, reconoce que es un día “emocionante” pero no fácil para él puesto que está acostumbrado a estar “detrás de los focos”. Por último, se mostraba orgulloso por su trayectoria profesional, la cual le ha permitido conocer a grandes personas y profesionales. Su buen hacer, su predisposición a colaborar siempre, su empatía y su humildad le ha llevado a este homenaje que se suma a otros recientes como el que le hacía la Hermandad del Nazareno en el último pregón de Semana Santa o el mundo del Carnaval.