El naturalista ubriqueño, Antonio García, que nos acompañará durante la programación de verano en una sección semanal sobre naturaleza y cuidados de nuestras mascotas, ha hecho hoy de nuevo un llamamiento a las Administraciones Públicas para que habiliten abrevaderos y comederos en nuestro entorno para paliar la llegada tan temprana de las altas temperaturas. En este sentido, ha recordado en ‘La Mañana’ de Radio Ubrique el aumento de casos de cabras montesas -portadoras de parásitos e incluso de sarna- que bajan hasta el casco urbano ante la falta de agua y comida, o la caída de buitres leonados, que este año prevé que podrían adelantarse a causa de estas olas de calor. Además, se ha dirigido a la ciudadanía, para que toda la persona que pueda colabore colocando bebederos en su fincas.

En lo que respecta a las cabras montesas, bajan hasta el casco urbano cada vez con más frecuencia ante la falta de agua y comida de calidad, algo que requiere de soluciones tanto por motivos de salubridad de la población, como por la integridad de los propios bóvidos. Los animales llegaron estas semanas atrás hasta los tejados de casas situadas en la Avenida de Cortes.

Por su parte, los buitres leonados el verano pasado empezaron a caer sobre Ubrique y su entorno desde el 10 de julio, pero con la sequía de este año y las temperaturas tan extremas podrían anticiparse en esta ocasión alguna semana incluso.

En estas semanas atrás unos senderistas encontraban un venado recién nacido. Ante la ausencia de su madre optaron por recogerlo y cuidarlo desde entonces con el menor contacto humano posible, para que pueda volver a la naturaleza de la forma más adecuada posible.

Episodio inaudito: nido móvil de gorriones

Antonio García también nos ha llamado la atención sobre un caso inaudito, que nunca había visto, y del que tampoco tenían constancia en la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife): la creación de un nido de gorriones en los bajos de un coche que estaba en continuo movimiento. Según explica, lo sorprendente es cómo han ido construyendo el nido y después incubando los huevos durante dos semanas y empezar a criar a los polluelos, y todo ello bajo un vehículo que todos los días estuvo en circulación. Ahora, desde que se percató de este hecho, ha dejado inmovilizado el coche a la espera de que culminen este proceso.

Antonio García, naturalista ubriqueño