
Jamoná 2020
La primera actividad de carácter público organizada por colectivos vecinales en tiempos de covid-19 se dará cita este domingo en los barrios de Antonio Vega y Algarrobal. Será con motivo del Carnaval de Ubrique que arranca este fin de semana. Las fiestas gastronómicas de “Jamoná” y “Tortillá”, inauguran unas celebraciones tras un año de ausencia, con el entusiasmo del regreso y la voluntad de prolongar en el futuro las actividades vecinales propias de la localidad, que hasta ahora no se habían podido desarrollar. En este sentido, el Carnaval cumplirá este año más que nunca con su cometido, liberándonos con la fiesta del corsé al que hemos estado sometidos en los últimos tiempos. La prudencia no obstante manda, así lo entienden los colectivos organizadores, que insisten en la responsabilidad ciudadana para poder disfrutar de esta y de las fiestas venideras en los barrios de Ubrique.

Tortillá 2019
Para Antonio Romero, directivo de la AVV Antonio Vega la “Jamoná” se hace “con el máximo entusiasmo”, pero también con la incertidumbre de la afluencia de público que puede sentirse cohibido por los contagios, de hecho se han reducido a 900 el número de bocadillos de jamón que se van a repartir. En el caso del Algarrobal, coinciden en entusiasmo “estamos deseando que todo vuelva a la normalidad”, declaraba Irineo León presidente del colectivo vecinal, que si bien mantienen el número de tortillas de la última edición, unas 200, ha disminuido las bebidas encargadas para su venta con el objeto de no alargar la fiesta. Con ambos hemos conversado hoy en La Mañana de Radio Ubrique.
Las dos fiestas gastronómicas afrontan en esta edición varios cambios. Primero la pandemia, seguida de la jornada de celebración, un domingo (precedido por la festividad del Día de Andalucía), tras el sábado del Fatou, es decir después de que las seis chirigotas de este año se presenten oficialmente. Esta circunstancia, nos ofrecerá una “Tortillá” y “Jamoná” distinta, ya que las agrupaciones acudirán una vez desvelado el tipo con disfraz y si así lo determinan sin cortapisas en el repertorio a ofrecer. A estas se podrán sumar las callejeras a las que ambos colectivos invitaban a participar. Por otro lado, está la meteorología. Aunque este escollo es un viejo conocido, la amenaza de lluvia es otro contratiempo que se resolvería, en el caso de Antonio Vega trasladando la degustación a la sede.
En cualquier caso todo está programado para comenzar, el montaje de barras en la calle, los escenarios, megafonía y sanitarios portátiles. En Antonio Vega, los vecinos han elaborado un forillo nuevo para el escenario y han preparado una actividad de pinta-caras para los pequeños que acudan a la Jamoná. Además está noche recibirán en su sede la presentación de la chirigota “Los socorristas se las dan de artistas”. En el caso del Algarrobal y debido al reducido espacio de la sede, se atenderá a las agrupaciones en el exterior, habilitando en la barra un reservado para los grupos. En ambas fiestas se entiende la obligatoriedad de la mascarilla si no se está consumiendo y existen aglomeraciones. El sentido común de los asistentes es a lo que apelan ambos colectivos.
A partir de las 13 horas comenzaría la Jamoná con el reparto de 900 bocadillos de jamón, unos 300 menos que en la última edición. A las 14 horas empezarán a repartir las 200 tortillas en el Algarrobal, dando la opción también de adquirir alguno de los 800 “montaitos” que se van a servir previo pago. Para Antonio Vega el fin de la “Jamoná” no es recaudatorio, nunca lo ha sido, pero este año menos, ya que lo que se desea es dinamizar el barrio y mantenerlo vivo con jornadas de convivencias como esta. En la “Tortillá”, la mayor afluencia de público en el tiempo, propicia que se generen beneficios. En la anterior edición de hecho se consiguió recaudar 2.000 euros que fueron donados a la familia Gómez Oñate.
Antonio Romero, directivo de AVV Antonio Vega
Irineo León, presidente de AVV Algarrobal