La bautizada como generación Alpha, está formada por los nacidos a partir de 2010, los primeros que han experimentado en su infancia una pandemia. Si ya su antecesores, la generación Z, era tecnológica, esta es una generación compuesta en su totalidad por nativos digitales, menores para los que la tecnología es una extensión más de si mismo, de su manera de conocer el mundo y por supuesto de acceder al ocio, ya que se juega a través de la tecnología. Sus componentes viven a través de los smartphones, las Tablet y los ordenadores, muchos de ellos a pesar de su corta edad, pegado a las redes sociales, los youtubers e influencers. Sus progenitores, han asimilado el mundo digital, pero no con la misma contundencia. Los componentes de la generación Alpha, son nativos digitales, pero también puedes ser huérfanos digitales, ya que no cuentan con el tutelaje que los padres deben ofrecen en todos los aspectos de la vida de un menor, también en el acceso a los contenidos y uso de las nuevas tecnologías.
En este contexto resulta fácil dejarse llevar y no controlar el uso que de las pantallas hacen nuestros hijos. Sobre este asunto hemos hablado hoy en la Consulta de Psicología Infantil y Juvenil, que cada quince días le ofrecemos en La Mañana. Con la psicoterapeuta y pedagoga, Lourdes Castro hemos abordado, lo problemas que ocasiona, los síntomas que nos indicarán que existe un problema de adicción y las pautas que los padres pueden seguir para que la exposición a las pantallas no resulte perjudicial, para salud física y mental de nuestros hijos.
Y es que como cualquier otra adicción, el consumo indebido puede ocasionar entre otros aspectos que desaparezca una de las funciones básicas del ser humano, la de relación, llegando a aislarse y dejando se ser conscientes de todo lo que ocurre a su alrededor . La OMS, ya incluía en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE), el trastorno por uso de videojuegos, siendo considerado un trastorno debido a comportamientos adictivos, equiparable a otras adicciones como las drogas o el alcohol, lo que nos demuestra el riesgo de una excesiva exposición a las pantallas.
Entre las medidas principales, reconocer y afrontar nuestra responsabilidad de acotar el uso del móvil, algo que comienza con nosotros mismos. Instalar controles parentales en los dispositivos, limitar horarios de acceso, no condicionar su uso como recompensa o castigo y establecer alternativas de ocio con sus iguales, son algunas de las propuestas sugeridas.
Consulta de Psicología Infantil y Juvenil