En estos días festivos que apuramos en el municipio de Ubrique, asistimos a la comprobación, de primera mano, de todo aquello de lo que nos ha privado la pandemia. Vidas humanas y dramas de hospitales aparte, el coronavirus se ha llevado buena parte de nuestra alegría con la suspensión y cancelación de prácticamente toda nuestra agenda lúdica, cultural y de ocio que tanta falta nos hace. La diferencia con todos estos meses atrás está, por un lado, en el plano mental, que se encuentra entre el hartazgo y el halo de luz que ya se empieza a ver al final del túnel debido a las cifras que se manejan actualmente. Por otro lado, las actividades se van retomando cada vez con menos restricciones y en una normalidad que se le va pareciendo a la de febrero de 2020. Qué difícil resulta a los pequeños ese enésimo esfuerzo de contener las ganas cuando ven las atracciones de feria y qué importante se antoja ese último empujón adaptándonos como venimos haciendo a nivel individual y colectivo. La feria, y este último año y medio, está siendo también muy diferente para la Banda Municipal de Música, tal y como nos contaba su director, Juan Pedro Ordóñez.
La propia banda y el grupo de Gigantes y Cabezudos son dos de los colectivos que más intensamente viven la Feria de Ubrique. Se trata además de dos de los tres últimos pregoneros de la Feria de Ubrique, en 2017 y 2019 respectivamente, separados por el de Modesto Barragán y su histórica ‘Piel de Ubrique’ en 2018. Noches mágicas que Fede Puerto, uno de los miembros del grupo de Gigantes y Cabezudos, recuerda con mucho cariño en estos días en los que la nostalgia le gana la partida a la resignación. La prudencia sigue reinando entre ellos y, desde la opinión que le otorga su experiencia, ven con buenos ojos el planteamiento del Ayuntamiento para este 2021. Hay quien piensa que esos personajes que tanta luz, color y sonido ponen a las mañanas de feria podrían haber deleitado a los pequeños con sus bailes ya en este septiembre. No así el propio grupo quien explica los riesgos que ello conllevaría.
Pequeños y no tan pequeños. Porque no sólo los niños disfrutan, ríen, corren y saltan al ritmo que marcan también Banda Municipal y Agrupación Musical respectivamente. En su objetivo por recuperar el ambiente de antaño en la feria de día, de la que hablaremos en profundidad, le piden una oportunidad a estos adultos, a que conozcan su trabajo, al tiempo que le ofrecen también la oportunidad de sentirse gigante y cabezudo por un momento y provocar esos sentimientos en todo aquel que se acerca.
No están solos en su objetivo por recuperar la feria de día y cuentan con unos grandes aliados en la Hermandad del Nazareno, que va consiguiendo que las casetas, al menos la suya, sea un lugar de encuentro, de reencuentros y de charlas sin fin. Son muchos los que han convertido en rutina empezar con un almuerzo en este lugar una interminable jornada de feria. José Antonio Guerrero, consiliario de la Hermandad, prepara y organiza con mimo y esmero cada uno de estos días. Comenzó dedicándole a la mujer una tarde de feria para conseguir llegar a esos sectores que merecen y disfrutan un día a la altura. Son unos 150 almuerzos diarios los que sirven, así como 400 meriendas cada tarde. Y prueba del crecimiento experimentado es la noche del alumbrado, para la que comenzaron organizando una cena más íntima entre unas 8 personas y que ya va por más de 100.
Son los números que de verdad le importan, los de la asistencia, los de las risas, los de los bailes. No así los números económicos ya que no es en ningún caso el objetivo de la Caseta del Nazareno. Se conforman con que la feria ‘no les cueste dinero’ y se dan por satisfechos si el que se va, vuelve con una sonrisa y, además, trae la próxima vez a un amigo o familiar para poder seguir creciendo.
Quien sí está sufriendo los estragos económicos de la ausencia de ferias son el colectivo de feriantes, para los cuales estos eventos además de su trabajo, es su vida. “No hay ningún gremio más perjudicado que el nuestro”, se atreve a decir José Luis García, delegado en Cádiz de la Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla. Asegura que mentalmente es muy duro y que, para la gente joven que está empezando en el sector, es económicamente durísimo. Tanto es así que, por ejemplo, su hijo y su yerno, han tenido que buscar el pan en otros trabajos y ejercen de chófer. La de Ubrique es la tercera feria que hace en 2021 cuando, en condiciones normales, sería la decimoquinta. Es por ello por lo que agradece la colaboración de los Ayuntamientos. Especialmente el de Ubrique que, además de el suelo, le cede gratuitamente la luz a cambio de una rebaja en el precio en dos de los días y una serie de tickets gratuitos que se reparten a través de los Servicios Sociales. José Luis García sostiene que la de Ubrique, para ellos, es la mejor si no de las mejores ferias de Andalucía. Se debe, entre otras cosas, a la respuesta de los ubriqueños, que, también en este año están acudiendo a las atracciones de feria para, entre otras cosas, evadirse y resarcirse de todo esto que nos ha tocado vivir.
Algo similar le ocurre a la Banda Municipal de Música. Juan Pedro Ordóñez subraya que la respuesta de la gente les hace olvidarse un poco de todo eso que echan de menos. Lo pudieron comprobar la pasada semana en el único concierto que han podido ofrecer, concretamente el tradicional de la Peña Taurina Hermanos Bohórquez.
En esa respuesta de la gente parece que está todo. Ha estado en nuestras manos el frenar la expansión del virus; ha estado en nuestras manos el avance en el proceso de la vacunación; y estará en nuestra mano el retomar la feria de día. Los que más empeño y dedicación le ponen están convencidos de que no se trata de una utopía y que es viable. Eso sí, cada uno debemos poner de nuestra parte. Como vemos, el futuro nos pertenece y de nosotros depende hacer de él un lugar mejor. La evolución de la pandemia y la situación actual nos invitan a ser optimistas y a pensar que lo peor quedó atrás. Los objetivos son cada vez a menor plazo y Juan Pedro Ordóñez sueña ya con un Concierto de Santa Cecilia que les haga olvidar todos los sinsabores pasados. En cuanto al sector feriante, ya hay incluso conversaciones para que una de las ferias más importantes del país, la de Sevilla, pueda celebrarse con relativa normalidad. El deseo es que tras la de Sevilla vengan muchas más y que en septiembre de 2022 llegue la nuestra y estemos todos en la calle. Los niños, a los que la pandemia los ha hecho mayores, volviendo a ser niños; los adultos disfrutando como aquello que un día también fuimos. Ubrique no fallará y el día que se pueda, estará ahí. La única duda es si habrá vino suficiente. Tenemos mucho por lo que y por quien brindar.