Con el inminente fin del verano y la consiguiente llegada del otoño, los destinos de las escapadas cambian y ya entrados en el mes de septiembre, de la mano de Jorge Carrasco, de Viajes Carrefour, hemos conocido uno de esos que se presenta como ideales para un fin de semana o uno de los varios puentes que se avecinan: Córdoba. Se trata de la ciudad más importante de la antigua Al-Andalus, que ha sabido mantener su legado convirtiéndose en una de las ciudades con más encanto de España gracias a su unión de culturas, su historia y su gastronomía.

Su joya de la corona es la Mezquita-Catedral, un templo clave en todo el occidente islámico y el monumento más visitado de la ciudad califal. Con más de 13 siglos de historia, ha servido como lugar de culto para visigodos, romanos y cristianos y refleja a la perfección el poder del califato así como la fusión del arte musulmán con otros elementos cristianos. Ubicado a pocos metros del Puente Romano, llegó a ser la mezquita más grande del mundo. Como curiosidad encontramos que no está orientada a La Meca sino que apunta al Guadalquivir. Sirve además como cementerio de célebres escritores como Góngora.

Pero Córdoba no es sólo su mezquita y otra visita obligada es la Judería, reflejo de la ciudad. En pleno corazón de la ciudad, este barrio judío se presenta como un viaje al pasado con un laberinto de calles donde repasar la historia de la localidad y entender el estilo de vida de las tres culturas que coexistieron durante siglos (cristianos, musulmanes y judíos). Otro punto de interés y uno de los monumentos más visitados de Córdoba es el Alcázar de los Reyes Cristianos que ha servido como cuartel militar, residencia real, cárcel y centro administrativo entre otros.

Además de ello encontramos el Palacio de los Marqueses de Viana, que cuenta con 5 siglos de historia. Cuenta con una colección de patios cordobeses entre sus más de 6.000 metros cuadrados. Ubicado en pleno barrio de Santa Marina, cuenta con biblioteca, armas de fuego de época, varias obras de Goya o una colección de azulejos. Entre sus atractivos al aire libre encontramos la Plaza de la Corredera, que acoge actualmente eventos como la Noche Blanca del Flamenco, o la Plaza de las Tendillas, reconocible por la estatua ecuestre de Gonzalo Fernández. Su símbolo es el reloj de un edificio que da las horas y los cuartos con fandangos.

Todo ello sin olvidar el Puente Romano, primer puente de piedra que atravesó el Guadalquivir y que da cuenta de que la Vía Augusta que unía Roma con Cádiz atravesaba este lugar. En su entorno destacan los molinos de época medieval.

Por último, a 7 kilómetros de la ciudad encontramos Medina Azahara. Su visita se considera imprescindible para todos aquellos interesados en el legado hispanomusulmán en la ciudad de Córdoba y por extensión en Al-Ándalus. Es el complemento perfecto para la visita de la Mezquita de Córdoba. La historia de Medina Azahara comienza con Abderraman, III, y su decisión de construir una ciudad a las afueras de Córdoba, entre los años 936 y 976. Ciudad que en su conjunto va aglutinar las labores tanto administrativas como residenciales del califato.