Hoy en “El Personaje” de Radio Ubrique, le hemos hablado de la solidaridad en estado puro, la que cada verano permite sacar de los campamentos de refugiados saharauis a centenares de niños, a través del programa Vacaciones en Paz, que en Ubrique está en marcha desde hace 23 años.
Todos en la localidad conocemos el trabajo que desempeña la Asociación de Solidaridad con el Pueblo Saharaui “Mantara Hurra”. El pueblo de Ubrique, se ha implicado en cada campaña que han llevado a cabo, la recogida de alimentos por ejemplo o la estancia de los pequeños saharauis en Ubrique, que es cada verano una estampa habitual. El vínculo de los saharuis con Ubrique es tal que en el próximo mes de diciembre está prevista la renovación del hermanamiento entre el Ayuntamiento de Ubrique y la Daira de Tinigir (antes Bojador) formalizado en 1996. El viaje permitirá darle continuidad a las relaciones establecidas, dotándolo con proyectos en materia educativa y sanitaria, que puedan cubrir las necesidades de este asentamiento.
Sin embargo, muy pocos conocen lo que realmente significa proyectos como Vacaciones en Paz, que permite salir cada verano a centenares de niños de los campamentos de refugiados en Tinduf, una realidad que apenas alcanzamos a entender. Hoy con “El Personaje” y gracias al testimonio de Said y Gbanaha, dos saharauis que en su día permanecieron en Ubrique bajo el paraguas de Vacaciones en Paz, hemos conocido el valor de la solidaridad.
Aunque en los años 80 ya vinieron a Andalucía grupos reducidos de niños y niñas saharauis de la mano de alguna institución, partido político, sindicato, asociación o parroquia, el programa Vacaciones en Paz, que organizan las Asociaciones Andaluzas de Amistad con el Pueblo Saharaui, viene funcionando, como tal, desde 1993, poco después de ponerse en marcha, por parte de Naciones Unidas, el alto el fuego en la guerra entre Marruecos y el Frente Polisario.
En Ubrique llegó en verano de 1994, de la mano de la que pocos meses después sería la Asociación de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, constituida en noviembre de 1994. Por aquel entonces, eran más de una veintena de niños los que de junio a agosto se paseaban por nuestras calles, mostrándonos que existía otra realidad más allá de nuestras fronteras. Mucho menos visible es su presencia en la actualidad, ya que no llegan ni a media docena de pequeños. El año pasado con cuatro niños se obtuvo la participación más baja de la historia del colectivo.
Durante más de dos décadas se han acogido a unos 200 niños saharauis en Ubrique, un periodo largo que ha permitido que se den curiosidades, como la de familias que en la actualidad recibe a los hijos de los niños que en aquellos primeros años llegaron a Ubrique, convirtiéndose ahora en “abuelos de acogida”.
Dos de esas familias la de Gloria y Maruja, compartían la pasada semana con los oyentes de Radio Ubrique la experiencia, hoy con El Personaje, nos han ofrecido otra perspectiva del programa Vacaciones en Paz, Said y Gbanaha, mostrándonos otra realidad que nos es ajena, pero que está muy presente a pocos kilómetros de donde vivimos.
Said Allal tiene 17 años, es el mediano de siete hijos. Al igual que sus hermanos nació como refugiado en los campamentos saharauis, en Asmara. En 2008, con sólo ocho años llega a Ubrique, repitiendo con su familia de acogida, Maruja Jiménez, todo el tiempo que el programa permite a los niños salir, es decir cinco años (de los ocho o nueve años a los trece o catorce).
En la actualidad reside gran parte del año en nuestra localidad gracias al reclamo realizado por su familia de acogida y al visado por estudios que le permite formarse en el IES Los Remedios. Sus hermanos también han podido salir en verano de los campamento, una circunstancia que para ellos es afortunada, teniendo en cuenta las altas temperaturas que se alcanzan en el desierto de Argelia, hasta 60 grados de máxima y las duras condiciones de vida que deben soportar
Gbanaha Mohamed Mohamed Lamin, tiene 23 años, también es la mediana pero de cuatro hermanos. En 2003, con sólo ocho años sale de Tiduf del campamento de Asmara en el suroeste de Argelia, para pasar el verano en Ubrique. Aquí conoce a la que será su segunda familia, compartiendo afectos con sus padres ubriqueños, Pepa y Pedro.Un verano después, un problema serio de salud la retuvo durante dos años en España, donde fue intervenida en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz. En 2006 se marchó a los campamentos regresando en marzo de este año con un visado médico y una permanencia de tres meses.
Durante su estancia hemos aprovechado para conocer su historia y la de Said, historias de valentía que son auténticas lecciones de vida y que siempre nos relatan con una sonrisa, algo que tienen mucho que ver con la manera de entender el mundo inculcada por sus mayores. Tanto Said como Gbanaha se sienten afortunados por haber formado parte del proyecto de estancia saharaui en verano, su historia es la historia de 23 años de Vacaciones Paz en Ubrique y centenares de personas implicadas en aportar su granito de arena, es una historia de solidaridad, pero sobre todo de personas con corazones como nos cuenta Gbanaha, de esas que hacen falta para que Vacaciones en Paz no desaparezca.
El Personaje con Vacaciones en Paz, 12 de mayo 2017
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